Asociación Juvenil Razia
Panteón de los dioses
En Heria la religión es uno de los pilares tanto de la vida cotidiana como de la política y, a diferencia del mundo actual, no se cuestiona y la diversidad de opinión en torno a ella es prácticamente inexistente a nivel del pueblo llano (esto queda reservado para teólogos y estudiosos). Recalcamos que la aceptación de la religión es prácticamente unánime y apenas discutida, y que se suele perseguir fervientemente a aquellos que no comulgan con la fe.
La Iglesia de Thiarn, con sede en Caradria, es la encargada de dirigir la religión en Heria, donde se rinde culto a Thiarn y su familia. Los miembros de dicha familia son los siguientes:
Thiarn:
El Padre Thiarn es el creador del mundo y todo aquello que lo habita. Gobierna desde su trono entre las estrellas y fué él quien envió a sus hijos a Heria para enseñar a los humanos a construir hogares, a forjar el metal, a labrar la tierra y a domesticar animales. Se le considera como la deidad mayor del panteón y de él emana toda vida y toda magia que existe en el mundo. Aunque ya existía culto a Thiarn desde que los hermanos menores llegaron, éste se vio incrementado con la llegada de Hemeros. No se ha manifestado nunca desde que envió a sus hijos al mundo y desde la gran guerra entre Hemeros y Nyctos no ha vuelto actuar de forma directa o indirecta sobre el mundo. Se le suele representar como un hombre de mediana edad, con barba y pelo cano, de porte noble, que viste ropas de colores grisáceos.
Therata:
Therata es la esposa de Thiarn, la madre de los Hermanos Mayores y Menores y junto a Thiarn dió forma a la vida y la creación. Gobierna junto a su esposo, dándole consejo y ayuda. Se la reverencia como diosa que gobierna la muerte y es a ella a quien se implora cuando alguien muere. Se la considera una deidad pacífica y afectuosa. También hay muchos que la identifican con la luna y se refieren a ésta como el Trono Blanco de Therata, aunque esto suscita bastante polémica entre los teólogos. Se la suele representar como una mujer de mediana edad de pelo largo y blanco como la nieve y gesto pacífico.
Los Hermanos Mayores
Hemeros:
Hemeros es el mayor de los dos Hermanos Mayores y es la personificación de la justicia y el orden. Fué enviado junto a Nyctos por Thiarn para traer paz a la humanidad. Cuando llegaron cada uno predicó su mensaje y Hemeros ganó una cantidad de adeptos mayor que su hermano Nyctos, lo que enfureció a este último y acabó desembocando en una terrible guerra. Cuando Hemeros venció, a su pesar, pues hubo de darle muerte a Nyctos, dio las bases a Caradrios para fundar el Imperio que lleva su nombre, después partió sin dejar rastro. Se le venera en todo el Imperio y su veneración solo está por debajo de la de Thiarn. Las imágenes le describen como un hombre de rostro noble y mirada siempre alta, con cabellos rubios que no le llegan a los hombros y sin barba, siempre enfundado en una armadura dorada.
Nyctos:
Nyctos es el menor de los Hermanos Mayores y es el único de los hijos de Thiarn al que no se le rinde culto en ningún lugar de Heria. Nyctos representaba el cambio constante y la inestabilidad y fue enviado a la tierra junto a su hermano Hemeros por Thiarn. Desde temprano hubo desavenencias entre ambos hermanos y sus seguidores y no tardó en estallar la guerra entre ellos. Nyctos traicionó a su hermano Hemeros y empezó la guerra que asoló el continente durante años. La guerra acabó con la muerte de Nyctos, la derrota de sus seguidores y el establecimiento del Imperio Hemero. Desde entonces su nombre se ha mantenido como sinónimo de los males que ocasionó. Debido a que no se permite su culto no existen representaciones de Nyctos.
Los Hermanos Menores
Korgrim:
El mayor de los Hermanos Menores, Korgrim es venerado especialmente en Korland, donde los mitos sobre sus hazañas son cantados por los bardos en tabernas y por las madres a sus hijos antes de acostarse por igual. Korgrim andó entre los hombres de la que sería la nación de Korland, nombrada en su honor ya que fué él quien enseñó a los lugareños a domar la fuerza de la tierra y las montañas, tan habituales en esa región. Venerado como un gran guerrero, sus imágenes y estatuas suelen representarle como un hombre corpulento de ancha espalda y brazos poderosos, con barba y cabello largos y empuñando una gran hacha.
Denura:
Denura es la segunda de los cuatro Hermanos Menores y es especialmente reverenciada en las agrestes tierras de Atania, el sitio a donde llegó para predicar la voluntad de su padre. Se la asocia con el fuego, pues fue ella quien enseñó a los atanios a dominar este elemento. Aunque se la suele considerar protectora de los hogares y comunidades, también se le atribuyen cualidades guerreras, en especial el honor. Se la representa habitualmente como una mujer hermosa, de cabellos largos y rojizos y ojos que brillan con el fulgor de las llamas, ataviada con armadura y armada con una lanza.
Ashazir:
El sabio Ashazir descendió a Heria en las vastas praderas que hoy en día componen la mayor parte de la nación de Sadria. Enseñó a las tribus que allí habitaban a comunicarse a través de los vientos y a domar su poder permitiendo que aquellas tribus crecieran y dominaran las llanuras que les rodeaban, forjando la gran nación que hoy en dia es Sadria. También legó a los lugareños su conocimiento sobre astros y estrellas lo que provocó en muchos de ellos una enorme fascinación por el saber, gracias al cual pudieron lograr maravillas como la ciudad de Iladria. Es habitual verlo representado como un hombre alto y delgado, ataviado con túnicas, de gesto y complexión grácil y de mirada misteriosa.
Theralia:
Theralia es la dama de las aguas y doncella de las mareas y, cuando descendió a Heria, predicó la palabra de Thiarn en la entonces pobre nación de Lyore. Enseñó a los lugareños de aquellas tierras pobladas de ríos y pantanos a manejar el líquido elemento a su voluntad, lo que les permitió dominar los mares y levantar la ciudad que lleva su nombre robándole terreno al mar. Normalmente se la representa como una joven doncella vestida con ricas túnicas, en muchas ocasiones con el cabello cubierto, y con una profunda y benévola mirada azul.